lunes, 19 de octubre de 2009

El egoismo es perjudicial para la salud...




ES ASI…

Nuestra actitud ante las distintas situaciones de la vida es fundamental y hasta determinante en nuestro estado de salud. Las personas alegres, que son positivas, optimistas que siempre ven el lado bueno de las cosas, las personas que saben relacionarse con los otros, de horizontes amplios, que han comprendido que existen “otros mundos” además del suyo, las personas altruistas que quieren dar sentido a sus vidas ayudando a los demás aunque sean desconocidos, ese tipo de persona consigue reflejar en su salud corporal la fuerza de su mente.

Ya lo dice el adagio “ mens sana in corpore sano”.

La armonía interior, la serenidad de animo, el autocontrol, la mirada limpia, el equilibrio de la autoestima etc son elementos que denotan que estamos ante una persona saludable y que todas esas cualidades tienen su incidencia en lo físico y corporal.

Son esas personas que hacen q nuestro mundo sea todavía habitable y el aire respirable.

Son como esos espacios verdes, en medio de las selvas de cemento y asfalto en que vivimos. Esas personas hacen pensar que la vida puede ser maravillosa y que tiene sentido abrazarla con todas nuestras fuerzas.

Hay quien muere a los sesenta y las entierran a los noventa. Hay quien muere a los cuarenta y las entierran a los ochenta. Es decir han pasado veinte años por este mundo vegetando, han perdido los sueños, las ilusiones el sentido y la razón de vivir se han transformado en cadáveres ambulantes se han sentado a la orilla del camino a ver la vida pasar se han convertido en espectadores de su propia vida y han renunciado a ser los protagonistas de su historia.

Me gustaría que todos sintiéramos el grito de alguien que quiere despertanos del letargo, me gustaría que oyéramos la voz de alguien que dice “no te bajes antes de tiempo, no te bajes antes de que esto se pare .No certifiques tu muerte antes de tiempo”.

Si nos preguntamos cual es la actitud que hace que la vida sea maravillosa a pesar de las goteras que van apareciendo basta pensar que son la generosidad y el amor lo que nos hace encontrarnos en esa fase de nuestras vidas en las que abrimos las ventanas de nuestras almas y aireamos las sala de nuestro corazón, dejando que entre el aire limpio.

. …….. Barre las habitaciones de todo egoísmo y cerrazón y limpia el polvo de la desilusión que se nos va colando por las rendijas de nuestro espíritu y deja entrar la luz del nuevo sol. Prepara en la cocina de tu casa un buen puchero de alegría, mezcla con un buen chorro de ilusión y de optimismo espolvorea una buena dosis de generosidad y déjalo cocinar al fuego lento de la paciencia y, finalmente antes de servir, sazona con abundancia de Amor.

¿Fácil verdad? Sólo hay que ponerlo en practica y cada día de nuestras vidas será la ilusión de un nuevo despertar y “agarrar “cada segundo como si fuese el primero y el último en este caminar.

28-03-2009